Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el arte de la piedra en seco es un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza.
De distintos tamaños y formas, las barracas de piedra en seco continúan siendo utilizadas por agricultores y pastores, muestra viva de la importancia del sector primario en nuestro territorio. Estas edificaciones no utilizan ningún tipo de aglomerante, simplemente se colocan piedras ensambladas unas con otras.
Los campos de almendros que florecen tras el letargo invernal llenan temporalmente de colorido una ruta en la que los senderistas podrán disfrutar de las mejores panorámicas del municipio.